miércoles, 22 de diciembre de 2010

El pequeño órgano que te regresa a “tu lugar"‏

¿Cuántas veces, te has fijado alguna meta que deseas conseguir, algo que en  un principio te hace sentir fuertemente motivado y lleno de emoción, pero poco después, simplemente te encuentras dándote por vencido o renunciando a  ello?

El culpable de eso es un pequeño órgano que se encuentra dentro de tu  cerebro llamado La Amígdala. La amígdala es un pequeño conjunto de núcleos  en forma de almendra localizado en nuestro cerebro cuya función es la de  enviar al cuerpo ciertos químicos cuándo es necesario que sientas miedo,  ansiedad, duda o incluso depresión.

Puedo apostar que te estarás preguntando por que loca razón, la Madre Naturaleza  nos equiparía con un órgano como ese.

Déjame explicarte. La amígdala es alertada por otras partes de tu cerebro  cuando tú te encuentras en alguna situación que puede resultar en detrimento de tu salud o bienestar, o simplemente que no está alineada con lo que  deseas.

En el hombre primitivo por ejemplo, la amígdala enviaba los químicos necesarios al cuerpo cuando se encontraba frente al peligro de un gran  depredador con la intención de provocarle la sensación de miedo necesaria que lo previniera a reaccionar, ya sea para enfrentarse o para alejarse del peligro.
Para el hombre moderno, el proceso funciona exactamente de la misma manera; si bien no es común enfrentar grandes carnívoros que puedan  atacarnos en nuestros días, siempre estamos alertas del peligro, por ejemplo  al dar un paseo por el jardín nos cuidamos de alguna araña que pueda  sorprendernos.

La amígdala es la  que nos provoca esos sentimientos. La amígdala sabe  exactamente cuándo estamos saliendo de nuestro terreno conocido y de  nuestra zona de confort  en cada aspecto de nuestra vida y actúa en  consecuencia. Salirte de tu zona de confort se refiere a toda clase de cosas  que realices.

Así cómo te sientes incómodo caminando a través de un terreno en la  obscuridad, igualmente te sientes fuera de confort cuando realizas cualquier  cosa que nunca has hecho antes, tal cómo un nuevo trabajo, o una nueva  carrera, aprender a invertir, una nueva dieta o programa de ejercicios,  abandonar un mal hábito cómo fumar, etc.

Cualquier cosa que intentes hacer que sea nueva o diferente para ti. Te daré  un ejemplo, uno de los más grandes miedos que todos tenemos es el de  hablar en público.

Esto es debido a nuestra auto imagen. La mayoría nos sentimos incapaces de hablar en público ya porque nunca lo hemos hecho antes o porque lo  intentamos alguna vez y nos sentimos inseguros, de cualquier manera es algo  que trataríamos de evitar.

Es precisamente la amígdala el órgano responsable de llenar tu cuerpo de  miedo con la sola idea tener que hablar en público.

Y la lista puede seguir: hacer llamadas de ventas, pedir un aumento de sueldo  al jefe, tratar de eliminar malos alimentos, ahorrar dinero, crear un negocio,  invitar a alguien a salir, y lo que quieras añadir.

Ya sea si es por temor al rechazo o simplemente por la resistencia a tener que cambiar algo a lo que estamos acostumbrados, nuestra zona de confort está  siendo empujada por la amígdala.Debido a que no nos gustan los sentimientos que nos produce salirnos de nuestra zona de confort, siempre encontraremos  excusas para evitar el cambio. ¿Cuántas veces has hecho eso?

Ejercicio: Sólo para que te des una idea de cómo trabaja la amígdala, la próxima vez que  te topes con un desconocido en la calle, quédate mirándolo fijamente  directo a los ojo, sin decir nada, ni sonreír, solo viéndolo.

¿Crees que puedas hacerlo? Cómo te sentirías? Crees que esto te resultaría incómodo?

Si es así, ahora sabes que esta sensación es provocada por los químicos que libera tu amígdala ante esa extraña situación. Si no te produce angustia ni  incomodidad, es que eres alguien completamente raro!

Estoy bromeando, hay quiénes si podrían hacerlo, pero realmente muy pocos. Mientras pensabas en el ejercicio, cuántas ideas de resistencia o temores  vinieron a tu mente? Que tal si esa persona se molesta, que tal si me dice  algo o me agrede? ¿Puedes darte cuenta de cómo funciona? Ahora piensa en  alguna cosa que desees y checa si acaso tienes los mismos sentimientos.

¿Estas sintiendo alguna incomodidad mientras piensas en la idea de ganar  millones?

Si es así, tu imagen propia te esta comunicando que no crees que eres capaz de realizar esa meta.

Por el momento, utiliza esta herramienta para determinar cuales son tus  creencias.


Bendiciones, Pablo 
 
Posdata: Reprograma Tu Mente Para El Exito

1 comentario:

Oneesan Shizen dijo...

Pues, efectivamente, yo creo en el poder de la mente, por medio del autoconvencimiento se pueden lograr cosas que creíamos imposibles.
No he probado quedarme mirando fijamente a alguien, pero sí he probado a saludar alegremente y con una sonrisa y te aseguro que la gente corresponde muy agradablemente sin importar la edad que tengan ¿en eso también actúa la amigdala?