lunes, 31 de enero de 2011

Los estados de Conciencia!


Hoy quiero compartir esta informacion sobre los estados de conciencia que me parecio interesante para entender un poco mas nuestro cuerpo mental.


Los estados de conciencia tienen lugar en cuatro niveles de actividad de ondas cerebrales:

Beta, Alfa, Theta, Delta

Beta: conciencia de vigilancia completa. Aproximadamente el 75% de la conciencia de vigilia es consumida a través del monitoreo de las funciones físicas,  su rango de oscilación es de 14-27 ciclos por segundo.

Alfa: el material del subconsciente resulta accesible. El cerebro está en este estado durante la hipnosis o la sugestión ligera, la meditación, el Bio-programación, el estado del sueño y los procesos hipnagógicos/hipnapompicos, los cuales se suceden inmediatamente antes y después del sueño. Su rango de oscilación es de 8-13 ciclos por segundo.

Theta: un estado de inconsciencia en el cual el sujeto no se da cuenta de lo que sucede alrededor, algunas personas son capaces de caer en este nivel utilizando técnicas de bioprogramación y meditación. Su rango de oscilación es de 4-7 ciclos por segundo.

Delta: es el nivel de sueño muy profundo. Su rango de oscilación es de 0-3 ciclos por segundo.


Estados  de conciencia identificados por estudios más profundos:

Estado de Sueño: presenta períodos de movimiento rápido y ausencia de ondas cerebrales "lentas". El estado de sueño se repite periódicamente durante la noche como parte del ciclo dormir-soñar.

Estado dormido: Aquí se observa la ausencia de movimientos rápidos de ojos y surgimiento gradual de un plano de ondas cerebrales "lentas". Por lo general una persona a la que se despierta del estado dormido dará un informe breve, el cual difiere considerablemente de los informes de sueño. Dicho informe indica que la actividad mental está presente tanto durante dormido como a lo largo del sueño.

Estado hiperalerta: se caracteriza por una vigilancia incrementada y prolongada mientras el sujeto se encuentra despierto. Dicho estado puede ser inducido mediante el uso de drogas que estimulan el cerebro o a través de actividades que precisan de una concentración tensa, como en el caso de estrategias de supervivencia o en operaciones militares.

Estado letárgico: aquí la actividad mental es aburrida y perezosa, puede llegar a este por fatiga, falta de sueño, malnutrición, deshidratación,  nivel de azúcar incorrecto, a través del uso de drogas que deprimen la actividad cerebral o por estados de ánimo y sentimientos desesperados.

Y existen muchos más estados de conciencia.

Despiertos y durmiendo estamos construyendo nuestros cuerpos mentales; pues cuando la conciencia vibra, afecta la substancia mental que la rodea, y cada vibración de la conciencia, aunque sólo sea debida a un pensamiento fugaz, atrae al cuerpo mental algunas partículas de materia mental, al paso que expele otras. La materia circundante también ondula, sirviendo así de medio para afectar otras conciencias.

Pensamientos puros y elevados, cargados de positividad están compuestos de vibraciones rápidas, y sólo pueden afectar los grados sutiles de la materia mental. De igual manera, los pensamientos bajos y malos atraen dentro del cuerpo mental los materiales más groseros, propios para su expresión, y estos materiales repelen y echan fuera la clase de energía más fina. De esta manera las vibraciones de la conciencia están expeliendo una clase de materia y atrayendo otra. Y de esto se sigue como consecuencia necesaria, que con arreglo a la clase de materia que hayamos construido en nuestros cuerpos mentales en el pasado, así será nuestra facultad para responder a los pensamientos que ahora nos llegan de afuera. Si nuestros cuerpos mentales están compuestos de materia sutil, los pensamientos groseros y malos no tendrán respuesta, y por lo tanto, no pueden causarnos daño alguno; al paso que si están formados de materiales groseros serán afectados por cada pasajero pensamiento malo, permaneciendo insensibles a los buenos de los que no recibe beneficio alguno.

Cuando nos ponemos en contacto con alguien cuyos pensamientos son elevados, sus vibraciones mentales actuando en nosotros, despiertan vibraciones en aquella materia de nuestros cuerpos mentales que sea capaz de responder y estas vibraciones perturban y hasta expelen alguna de aquellas materias demasiado groseras para vibrar a ese alto grado de actividad. El beneficio, pues, que de esa persona recibimos, depende en gran modo de nuestro propio pensar anterior y nuestra "comprensión" -nuestra facultad de responder-está condicionada por nuestros cuerpos mentales. No podemos pensar el uno por el otro; nadie puede pensar sino por sus propios pensamientos, causando así las vibraciones corres­pondientes en la materia mental circundante , la cual actúa en nosotros, despertando en nuestros cuerpos mentales vibra­ciones simpáticas. Estas afectan la conciencia. Pero no siempre sigue una comprensión inmediata a la producción de tales vibraciones causadas desde afuera. Al­gunas veces el efecto se asemeja al del sol, la lluvia y la tierra sobre la semilla enterrada en el suelo. En un principio no hay contestación visible a las vibraciones que actúan sobre las semillas; pero allí dentro hay un pequeñísimo estre­mecimiento de la vida que la anima, y este estremecimiento se hará más fuerte cada día, hasta que la vida en evolución rompe la corteza de la semilla y echa pequeñas raíces y brotes luego que se desarrolla. Así sucede con la mente. La conciencia vibra débilmente dentro de sí misma antes de poder dar una contestación externa a los choques que recibe, y cuando no somos aún capaces de comprender a un noble pensador, hay sin embargo, dentro de nosotros una vibración inconsciente o subconciente que es el predecesor de la respuesta cons­ciente. Cuando nos alejamos de una gran presencia, nos encontramos un poco más próximos a la elevada vida pen­sante que de ella fluye, que lo que lo estábamos anteriormente, y en nosotros se habrá apresurado el desarrollo de gérmenes de pensamiento, al paso que nuestras mentes habrán sido auxiliadas en su evolución.

Así, pues, algo puede hacerse desde afuera que contribuya a la formación y evolución de nuestras mentes subconscientes; y si quere­mos tener cuerpos mentales fuertes, bien vitalizados, activos, que puedan comprender los pensamientos más elevados que se nos presenten, debemos entonces trabajar con firmeza en reprogramar nuestra mente subconsciente, pues somos nuestros propios constructores y moldeamos nuestras propias mentes.

Un gran abrazo,

Pablo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

leche pablo, ahora que yo estaba un poco mas centrado, vas tu y nos explicas todo esto, ¿como se yo en que estado estoy?. un abrazo